Autonauta, sabemos que adquirir un carro nuevo implica un largo proceso de evaluación y elección. Ya que no solo se trata de elegir entre diésel o gasolina, sino que también nos encontramos con otras disyuntivas. 

Sino en evaluar el funcionamiento de cierto tipo de piezas, como la del motor. Siguiendo con el tema de nuestro blog anterior, en esta oportunidad te explicaremos las diferencias que existen entre un motor convencional y el motor turbo.

¿Qué diferencias hay entre un motor turbo y uno convencional?

En el motor convencional el aire llega a los cilindros por la presión atmosférica y en el caso de los motores convencionales, se usa una turbina para proporcionar el aire. Esto significa que en los motores más modernos, la presión se incrementa entre 0,5 y 1,5 bares con respecto a la presión atmosférica.

¿Cómo trabaja un motor turbo?

Antes de la aparición de un motor turbo, todos los motores funcionaban con aspiración natural, lo cual se traducía en un mayor de consumo de combustible.

Mientras que por su parte el motor turbo, es un sistema de sobrealimentación que logra comprimir el aire que circula hacia el motor haciendo una mezcla más rica y enviando mayor cantidad de oxígeno que llega a una mayor cantidad de combustible.

Luego de estas definiciones es importante evaluar cuál de los dos sistemas de motor de coche te conviene. Queremos ayudarte a tomar la mejor elección, por eso aquí te dejamos algunas razones de por qué elegir un motor turbo a uno convencional:

¿Por qué elegir un motor turbo?

Menor consumo de combustible

A pesar de que un turbocargador produce la misma cantidad de energía, la diferencia radica en que el motor turbo usará menos cantidad de combustible. 

Esto quiere decir que si ambos producen 200 caballos de potencia, el motor turbo puede hacerlo con sólo cuatro cilindros, mientras que un motor convencional requerirá de seis. De esta manera un  motor turbocargado podría ahorrar hasta un 20% de combustible.

Mejor desempeño en la altura

Esto ocurre gracias a que a mayor altura, el rendimiento y generación de energía de un motor turbo se mantiene prácticamente igual que a nivel del mar, debido a que a mayor altura hay menor presión de aire y el turbo lo compensa.

Es más silencioso

Gracias a que el peso y tamaño de un motor turbo es más ligero, este motor produce menos ruido que uno convencional. Sin embargo, ambos pueden producir la misma cantidad de energía.

El motor turbo necesita mantenimiento minucioso

Ocurre así porque trabajan a temperaturas más elevadas y si ocurre alguna avería, la reparación será demasiado costosa. Por eso la mayoría de mecánicos prefieren prestar especial atención a los cambios de aceite para conseguir que todas las partes del motor estén perfectamente lubricadas y funcionen sin ningún problema.

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A pesar de que el motor turbo tiene muchas cualidades, cuando empieza a fallar significa un gran gasto para nuestros bolsillos. Lo mejor es saber identificar a tiempo algún desperfecto con esta pieza. Aquí te dejamos algunas señales más comunes.

Indicios de que algo no está bien con el motor turbo

Es habitual que el motor turbo presente síntomas tiempo antes de romperse, por lo que es importante que permanezcamos atentos a ello para reducir en la medida de lo posible una avería de por sí muy costosa.

El motor rinde menos

Se da cuando ocurre un exceso de temperatura o acumulación de hollín, si es que en nuestra forma de conducir usamos nuestro vehículo de manera habitual e intensiva en entornos urbanos, esto provoca que existan problemas en el sistema de geometría variable. 

Incluso cuando vas en marcha sentirás algunos tirones, los cuales pueden tratarse de algún desperfecto en la válvula de descarga. Si sientes esto, te recomendamos acudir a un taller o a tu mecánico de confianza para que pueda revisar la pieza y en caso de ser necesario la sustituyan.

Consumo de más aceite y presencia de humo azul

Cuando el eje de la turbina está bañado en aceite para soportar el alto estrés al que se ve sometido, gira sobre unos casquillos que pueden desarrollar holguras con el tiempo. Esto puede ocasionar una pérdida de estanqueidad del eje. 

Debido a esto se crearía un mayor consumo de aceite y la presencia de humo azulado, acompañado de un olor muy característico. Para este tipo de situaciones lo recomendable es revisar el nivel de aceite y no mover tu coche si encuentras muy poca cantidad.

Ruidos en el motor

Si notas que al acelerar aparece un sonido como al de una aspiradora, que va acompañado de una pérdida de rendimiento, puede ser que se trate de que el eje del turbo tenga holguras y las aspas de la turbina estén tocando la carcasa. 

En ese caso, debemos parar de inmediato el motor para evitar que las partículas de metal lleguen a los cilindros, lo que daría como resultado un daño muy grave o irreparable.

Autonauta, si identificas algunos de estos síntomas o que tu coche ha ido perdiendo presión, lo mejor es que puedas llevarlo a un taller para que puedan descargar todo tipo de averías. Recuerda que otra forma de cuidarlo es cumpliendo fielmente con su mantenimiento.

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