¡Hola, Autonauta! ¿Te ha pasado alguna vez que el motor de tu auto se sobre calienta? Esto podría deberse a una avería en el radiador. Hoy te explicaremos un poco más sobre su definición, función y recomendaciones para que puedas realizar el mantenimiento adecuado de esta pieza clave.
Vayamos por partes y empecemos por brindarte una información a detalle del concepto del radiador de motor y sus principales partes:
¿Qué es un radiador de motor?
Autonauta, para que el motor de tu auto funcione adecuadamente, la temperatura debe ser constante y controlada. Aquí es donde interviene el radiador, este elemento es uno de los más importantes para la refrigeración de tu coche.
Esta pieza hace posible el intercambio de calor entre tu auto y el motor. Su principal función es impedir que el motor se sobrecaliente para conseguir un rendimiento máximo a cualquier nivel. Es decir, si quieres evitar constantes visitas al mecánico, el cuidado del radiador es importante.
Generalmente el radiador se sitúa en la parte frontal del vehículo, junto al ventilador. De esta manera recibe el aire del exterior sin interferencias logrando enfriar al motor.
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Aunque a simple vista parece una rejilla, las partes que componen el radiador son complejas e importantes. Acompáñanos a conocer un poco más sobre cada una de las piezas que lo componen.
Partes y funciones del radiador
El radiador cuenta con unos dispositivos colectores, los de entrada y salida del líquido; un panel radiante formado por unos tubos de cobre en el interior espaciados entre sí.
Estos tubos van en paralelo con el flujo de aire y recorridos por el agua.
Los tubos poseen unas aletas individuales y están en contacto mediante unas láminas, con la finalidad de aumentar la superficie de intercambio de calor.
La función de estos tubos es recibir el refrigerante caliente que proviene del motor, gracias a que este se sitúa en la parte superior. El líquido refrigerante baja la temperatura mediante el aire de las aletas y es impulsado a través del ventilador.
Por su parte, el ventilador es un complemento del sistema de refrigeración. Este elemento trabaja mediante un pequeño motor eléctrico accionado gracias a un termostato que se enciende cuando el líquido del circuito supera cierta temperatura. Cuando este líquido ya se encuentra frío, vuelve al tanque inferior del radiador.
Es importante que tomes en cuenta que, para que el motor de tu auto cuente con un correcto funcionamiento, es esencial que el circuito de refrigeración esté completamente lleno. Lo habitual es utilizar la famosa mezcla de agua y refrigerante, siempre calculando que el nivel del agua sea menor que el refrigerante.
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Otro aspecto importante que debes conocer es que existen distintos tipos de radiadores, te los señalamos a continuación:
Tipos de radiadores
Los radiadores se pueden clasificar de diversas formas. Usualmente la categoría se basa en la disposición de los tanques, el material de fabricación y el diseño de la estructura tubular.
Según el material de los tubos
La principal razón por la que se usan estos materiales es por sus propiedades para dispersar el calor. Los podemos clasificar en:
- Radiador de aluminio
- Radiador de bronce
- Radiador de cobre
- Radiador de aleación cobre-bronce
Según el flujo del líquido
Esta categoría puede ser de dos formas: transversal o cruzado, y descendente.
- Transversal o cruzado: Los tanques se encuentran en ambos lados de la estructura tubular y el líquido fluye desde un extremo lateral al otro a través de los tubos para la disipación del calor.
- Descendente: En este caso, los tanques se encuentran en la parte superior e inferior del radiador, el líquido fluye del tanque superior al inferior disipando el calor en el proceso.
Según el tipo de estructura
- Tubular: Se conforma de pequeños tubos planos unidos entre sí por láminas de disipación de calor.
- Láminas de agua: Se trata de tubos que son rectangulares y tienen láminas distribuidas en forma de zigzag para un mejor control del calor.
- Panal o nido de abeja: Su nombre nace en su diseño ovalado, los tubos van colocados en zigzag para una mejor eficiencia en el enfriamiento del líquido refrigerante.
Autonauta, como punto final queremos brindarte algunos consejos y recomendaciones para mejorar la vida útil del radiador de tu auto. Presta mucha atención a los siguientes puntos:
¿Cómo debo limpiar el radiador?
Como te lo comentamos líneas arriba, el buen mantenimiento del radiador y el líquido refrigerante son esenciales para que asegures su buen funcionamiento.
Elimina la suciedad
Puedes llegar a los rincones más pequeños con la ayuda de un cepillo suave y agua jabonosa. Recuerda utilizar el cepillo siempre en la misma dirección de la rejilla para evitar dañarla.
Retira el líquido refrigerante
Al momento de retirar el líquido refrigerante usado, siempre utiliza una cubeta y desenrosca la válvula de drenaje. Cuando pare el goteo, vuelve a cerrar la válvula.
Comprueba las abrazaderas
Siempre que puedas trata de dar una revisada a las abrazaderas, manguitos y al radiador, para asegurarte de que todo esté en óptimas condiciones. De lo contrario, te aconsejamos que sustituyas las piezas dañadas.
Enciende el motor
Luego de aplicar el líquido refrigerante correspondiente, lo ideal es que enciendas el motor de tu auto para dejar que el líquido circule y expulse las bolsas de aire. Luego, cierra el radiador y desecha todos los utensilios utilizados anteriormente.
¡Ya lo tienes, Autonauta! Siguiendo estas recomendaciones, estamos seguros que no contarás con problemas frecuentes en el motor de tu auto.
Asimismo, te invitamos a visitar tu web favorita en donde encontrarás una gran variedad de líquidos refrigerantes que se adecuen a tu tipo de coche. ¡Nos vemos en la próxima ruta!
