Los discos de freno son uno de los principales componentes del sistema de frenado en un auto, motivo por el que debemos asegurarnos que siempre se encuentren en buen estado.
Si tienes dudas sobre cuándo cambiar los discos de freno en tu auto, en este artículo te daremos la respuesta, además de contarte el funcionamiento de este componente y los diversos tipos que existen en el mercado.
¿Cómo funciona el disco de freno de un auto?
Todo empieza cuando pisamos el pedal de freno de nuestro auto. Cuando realizamos esta acción, se activa una bomba hidráulica la cual se encarga de conducir el líquido de frenos hasta los calipers.
Antes de continuar explicando el funcionamiento de los discos de freno, debemos tener en cuenta que este sistema está conformado por el disco, las pastillas y los calipers. Aclarado este punto, continuemos.
Al llegar el líquido de freno a los calipers, este ejerce una presión sobre los pistones, los cuales empujan a las pastillas, las mismas que hacen fricción contra el disco de freno.
Cuando las pastillas provocan esta fricción contra los discos, la energía cinética pasa a convertirse en calor disipado, factor por el que el vehículo empieza a desacelerar de manera progresiva.
A pesar de que el funcionamiento del sistema de frenos de disco en un vehículo es igual, no todos los discos lo son. Las características de los discos de freno varían dependiendo de algunos factores, como el peso y potencia del auto. En el siguiente punto ampliamos este tema.
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¿Cuántos tipos de discos de freno existen?
Para empezar, los discos de freno pueden estar fabricados de distintos materiales, los cuales van de la mano con el peso y las prestaciones que tenga el vehículo.
Si bien la mayoría de discos de freno están fabricados con una fundición de grafito, existen algunos que emplean otros materiales, como el acero inoxidable, aluminio o cerámica. Por lo general, los últimos dos materiales los encontramos en los discos de frenos de vehículos de alta performance debido a su peso.
Ahora, esto es a nivel de materiales. Y es que los discos de freno también pueden ser de distintos tipos en base a la forma o diseño. Te contamos los principales:
- Discos de freno sólidos: son los más comunes. Suelen instalarse en las llantas del eje posterior del vehículo, aunque hay algunos fabricantes que los emplean en las cuatro ruedas. Se caracterizan por su superficie lisa.
- Discos de freno ventilados: el componente principal está conformado por dos discos que son separados por canales radiales, lo cual permite su ventilación con el fin de evitar que se sobrecalienten. A diferencia de los discos sólidos, estos suelen instalarse en el eje delantero.
- Discos de freno perforados: las pastillas de freno liberan gases y partículas cuando forzamos el sistema de frenado. Estos gases y partículas producen lo que se conoce como fundido de freno. Los discos perforados liberan estos gases y tienen un menor peso; sin embargo, pueden tener menor capacidad para disipar el calor debido a sus agujeros característicos.
- Discos de freno rayados: estos discos se caracterizan por tener un diseño con ranuras que tienen como fin satisfacer las mismas necesidades que los discos de freno perforados. Sin embargo, estos también tienen la capacidad de limpiar las pastillas, precisamente, gracias a estas ranuras. Además, mejoran la fricción con las pastillas, aunque estas últimas se desgastan un tanto más rápido.
Si bien estos tipos de discos de freno son los principales, también podemos encontrar en el mercado una mezcla de los perforados y rayados, así como los ondulados, aunque su uso está más destinado a las motocicletas.
Lo que hay que tener en claro es que, como todo componente de un auto, los discos de freno se gastan. La pregunta es: ¿cuándo es momento de cambiarlos?
Síntomas que indican que debes reemplazar los discos de freno
La primera regla en cuanto al reemplazo de los discos de freno tiene que ver con la recomendación del fabricante. Por lo general, sugieren reemplazar este componente entre los 60.000 y 75.000 kilómetros.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que esta recomendación está basada en una conducción sobre condiciones normales. Esto quiere decir que el reemplazo de los discos de freno dependerá de cuánto exijamos los frenos o de las condiciones del terreno que solemos transitar.
Lo más recomendable será verificar el estado de los discos de freno a la mitad del tiempo sugerido por el fabricante. Supongamos que recomiendan reemplazarlos a los 60.000 kilómetros, entonces debemos revisarlos a los 30.000.
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Ahora, existen algunos síntomas que, al margen del kilometraje, podrían indicar el desgaste de los discos de freno. A continuación, los principales:
- El pedal de freno se hunde mucho.
- Vibración en el pedal.
- Chirridos al frenar.
- Inestabilidad al detener el auto.
- Recorrido corto del pedal al frenar.
Es importante, además, realizar una inspección visual al disco para verificar su estado. Si el desgaste que presenta es superior a 2 milímetros, estos deben cambiarse de inmediato.
Recuerda que el sistema de frenos es uno de los más importantes de cualquier vehículo debido a que repercute directamente en la seguridad. Por ello, es importante mantenerlos en buen estado siempre.
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